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sábado, 14 de febrero de 2015

SI,SI CREES QUE ES POR MIEDO,NO ENTTENDISTE NADA

se que nadie escucha a los viejos y si escuchan se sonrien y hacen lo contrario pero tengo el deber moral con mi mismo de decir que si llegara a tomar Podemos España ,se perderia muchisimo mas de lo que se imaginan------------------------------------------ Esteban M. Pinotti @EstebanMPinotti · 30 de ene. de 2014 El que agradece que en la tierra haya música. Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo. --------------------------------------REFLEXIONES EN TORNO A "LOS JUSTOS" DE JORGE LUIS BORGES Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire. El que agradece que en la tierra haya música. El que descubre con placer una etimología. Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez. El ceramista que premedita un color y una forma. Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto. El que acaricia a un animal dormido. El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho. El que agradece que en la tierra haya Stevenson. El que prefiere que los otros tengan razón. Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo. Los Justos, publicado en La Cifra (1981) Jorge Luis Borges En primer lugar, en los justos existe el ansia de paz y el gozo en el tiempo. El cultivo del jardín, el silencioso ajedrez, la premeditación de un color y una forma y, por no continuar ejemplificando, quien acaricia un animal dormido; son todas personas que gozan de un común denomidador: cuentan con minutos y horas para hacer lo que hacen. Para Borges la justicia se da en quienes se dan tiempo; quizás sólo ellos puedan dar a luz pensamientos prudentes y soluciones equitativas. Un segundo elemento que llama la atención de los justos de Borges es una necesidad por lo bello. Allí están la música, la poesía y Stevenson. El justo, los justos, requieren de lo bello en sus vidas. Llenar aquella fuente de tiempo que poseen con litros y litros de arte; quizás el discernimiento entre lo bello y lo que no lo es se parece mucho al discernimiento entre lo justo y lo injusto; quizás es lo mismo. Finalmente, se nos hace patente un elemento menos reiterado, pero claramente decidor: la humildad. Los justos para Borges no sólo deben tener una relación especial con el tiempo y gozar con lo bello, también deben ser humildes. Sólo ellos -justos jueces- pueden dejar de lado su yo para dar paso a lo que el resto -las partes- les han hecho creer: "prefieren que los otros tengan razón". No hay nada más humilde que ignorarse, ya que en cierto sentido es dar paso a algo más grande que uno: sólo se ignora quien trasciende -parecíese decir Borges-, o quizás son sólo palabras que pongo en su boca. Guillermo García Moscoso