EL FRACASO LLEGO Tristeza; ésa que le brota cuando aplica una mirada retrospectiva sobre su carrera; impotencia, al contemplar que el presente difiere

Tristeza; ésa que le brota cuando aplica una mirada retrospectiva sobre su carrera; impotencia, al contemplar que el presente difiere de un pasado en el que supo erigirse como un temible delantero del fútbol argentino. Porque hoy Cristian Fabbiani sólo comparte nombre con aquel que la descoció en Newells y cumplió el sueño de ponerse la camiseta de River; hoy es una sombra del Fabbiani feliz que disfrutaba de entrar a una cancha y jugar a la pelota. El Ogro, quien aún no definió su continuidad en Independiente Rivadavia de Mendoza, estalló vía twitter, y, sin ponerle maquillajes a su pena, declaró: "Qué ganas de no jugar más al fútbol, Dios, esto es una mierda".

Cristian Fabbiani
Desde su comentada salida de River, acompañada de historietas de farándula que lo catapultaron a las tapas de todas las revistas chimenteras, Fabbiani inició un triste derrotero que incluyó pasos sin gloria por All Boys e Independiente Rivadavia. En el equipo mendocino fueron contadas con los dedos de una mano sus actuacciones destacadas. Sin embargo, estaba cómodo viviendo en esa provincia, y aguardaba la pretemporara con la ilusión de recuperar su mejor nivel. Pero La Lepra volvió a las prácticas y los dirigentes todavía no le ofrecieron a su representante la renovación del contrato del delantero, que debe comenzar a escuchar ofrecimientos de otros clubes si es que pretende no estar parado durante la primera mitad del año. "Voy a terminar jugando en la Liga de Flores pero feliz", agregó irónicamente en la misma red social.

Su tío Omar Fabbiani, quien lo representa, es optimisma y cree que su sobrino continuará jugando en Independiente. Por si acaso, el Ogro ya habría recibido llamados de Unión de Santa Fe y de otros dos tentadores destinos como lo son Paraguay la MLS estadounidense. Aunque su reciente pasado lo condena, todavía hay gente que apuesta por sus condiciones, que, al igual que él, sueña con que ver nuevamente al mejor Fabbiani, aquel feliz, que disfrutaba jugando a la pelota.

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