LA MUERTE Investigación médica
La luz al final del túnel, el último enigma de la mente humana
'La muerte de Casagemas', de Pablo Picasso. | El Mundo
Proponen diversas explicaciones para las experiencias cercanas a la muerte
Podrían deberse a una compleja mezcla de efectos químicos en el cerebro
Otras hipótesis apuntan a la psicología o a los misterios de la física cuántica
Ángel Díaz | Madrid
Actualizado domingo 13/11/2011 05:42 horas
Disminuye el tamaño del texto
Aumenta el tamaño del texto
A lo largo de la vida, la mente nos puede jugar malas pasadas o hacer ver cosas que no están allí: desde la sensación de parálisis que acompaña a algunas pesadillas hasta la percepción de haber abandonado el cuerpo. Es relativamente común recordar experiencias que tradicionalmente han sido consideradas como paranormales, aunque en realidad pueden deberse a estados profundos del sueño, la acción de ciertas drogas o a vivencias traumáticas que inducen cambios en el cerebro.
La experiencias cercanas a la muerte, tal y como las refieren algunas personas que han sufrido un paro cardiaco o han estado a punto de morir, podrían definirse como un compendio de todas estas anomalías: los pacientes perciben que su conciencia escapa de su propio cuerpo, vislumbran un túnel negro con una luz al otro lado, se sienten rodeados de presencias que identifican como espíritus, ángeles o fantasmas; y, a menudo, les acompaña una sensación de plenitud o estado de euforia.
Estos recuerdos, que se han observado y recogido en hospitales de todo el mundo, han sido interpretados habitualmente desde un punto de vista místico, religioso o paranormal, pero varios grupos de expertos opinan que deberían incorporarse al estudio académico. Algunos científicos consideran, de hecho, que la neurología y la psiquiatría actuales ya cuentan con herramientas suficientes para explicar el fenómeno, que sería la suma de una serie de experiencias cerebrales extremas provocadas por la propia cercanía de la muerte.
Los investigadores británicos Dean Mobbs, del Medical Research Council de Cambridge, y Caroline Watt, psicóloga de la Universidad de Edimburgo, elaboraron un estudio que repasaba varios de los síntomas más extendidos en las experiencias cercanas a la muerte y ofrecía una explicación biológica factible para cada uno de ellos. La percepción de encontrarse en un tunel, por ejemplo, puede deberse a fallos en la visión periférica, ocasionados por la carencia de oxígeno en el cerebro que se produce tras sufrir un paro cardiaco.
Carencia de dopamina
Las visiones de espíritus o fantasmas podrían estar relacionadas, según estos autores, con otro efecto neurológico: la escasez de dopamina. Este neurotransmisor también se encuentra en muy bajos niveles en los pacientes de Parkinson, los cuales sufren alucinaciones, delirios y otros síntomas psicóticos que podrían asociarse a la referida sensación de encontrarse rodeado de ánimas.
Sin embargo, los pacientes que han vivido una experiencia cercana a la muerte no la suelen recordar como un mal trago, sino que dicen haber sentido una calma total y un estado de plenitud, dispuestos a acoger con alegría lo que fuera que les esperara al final del túnel. Pero Mobbs y Watts recuerdan que estas sensaciones también pueden derivarse de desarreglos neuronales.
Por ejemplo, la ketamina, un anestésico veterinario que se emplea como droga recreativa, provoca entre sus usuarios sensaciones de entusiasmo y euforia -además de otros peligrosos efectos- y en ocasiones se han registrado experiencias cercanas a la muerte, incluida la percepción de abandono del propio cuerpo, por parte de los consumidores de esta sustancia.
"Pese a las creencias populares, las investigaciones sugieren que no hay nada paranormal sobre estas experiencias", concluían los autores en su estudio, publicado en 'Trends in Cognitive Sciences'. "Por el contrario, las experiencias cercanas a la muerte son la manifestación de las funciones normales del cerebro cuando se estropean, durante un suceso traumático y, a veces, inofensivo", añaden.
Una nueva ciencia de la mente
Otros expertos opinan, por el contrario, que las experiencias cercanas a la muerte son demasiado complejas para que nuestro actual -y limitado- conocimiento neurológico pueda ofrecer una explicación exhaustiva del fenómeno. Lo cual no quiere decir que deban relegarse al campo de lo paranormal.
El problema radica, más bien, en que sería necesario un nuevo paradigma científico del cerebro para poder entender cabalmente lo que sin duda es una de las experiencias más extremas a las que debe enfrentarse nuestra mente: la contemplación, desde un estado de inconsciencia, de su propia extinción física. El cardiólogo británico Sam Parnia, que ha realizado varios estudios con decenas de supervivientes a paradas cardiacas, defiende que las percepciones narradas por quienes han atravesado esta vivencia escapan al ámbito de la actual neurología.
En un informe publiacado en 2001, junto al psiquiatra Peter Fenwick, el doctor Parnia relataba una serie de experiencias que no podrían explicarse como un mero episodio de confusión o alteración neuronal. Algunos pacientes, argumentaban estos autores, daban "detalles específicos relacionados con las técnicas de resurrección, verificados por el personal del hospital, que no pueden, sencillamente, explicarse de esta forma". "Para que estas memorias se formaran", insisten, "una forma de conciencia debió estar presente durante la parada cardiaco".
Parnia y Fenwick sostienen que, pese a la reducción del flujo sanguíneo y de las funciones cerebrales que sufren los pacientes, las experiencias cercanas a la muerte que relatan "no son confusas". Por el contrario, manifiestan "elevados niveles de conocimiento, atención y conciencia, en un momento en que la conciencia y las memorias no deberían ocurrir", según los investigadores. "Una nueva forma de pensar es necesaria para proporcionar una nueva perspectiva de esta intrigante, aunque ampliamente desconocida, área de la ciencia", concluyen.
El cerebro cuántico
Una de las vías para reformar la ciencia de la mente más populares en los últimos años -aunque de limitada penetración en el ámbito médico- ha sido la propuesta por el prestigioso físico y matemático Roger Penrose, quien sostiene que los fenómenos aparentemente inexplicables de la mente humana se deben a la naturaleza cuántica de la misma.
Algunos autores, como el psicólogo Bruce Greyson, de la Universidad de Virginia (EEUU), defienden que una teoría cuántica del cerebro podría explicar las experiencias cercanas a la muerte desde una perspectiva "que desafíe al reduccionismo materialista", aunque no por ello paranormal. Las experiencELMUNDOias cercanas a la muerte y otros fenómenos de la mente requerirían, según Greyson, "de una psicología revisada, que no esté anclada en la física clásica del siglo XIX sino más bien en la física cuántica del siglo XX, la cual incorpora la conciencia en su formulación conceptual".
Pero todas estas reflexiones académicas quedan lejos, en realidad, de la práctica médica diaria. Lo habitual es que un paciente que ha sido resucitado tras un paro cardiaco no comente sus percepciones -si es que las tuvo- con el personal sanitario, y se muestre desorientado y confuso durante un tiempo, hasta que recobra por completo la conciencia. El doctor Francisco José del Río, intensivista en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, explica que "lo más normal es que no recuerden nada; suelen tener un espacio en blanco".
"A veces hay cuadros estructurados de algo parecido a lo que es un delirio, pero sin tener una idea muy clara de qué es lo que ha pasado", comenta este especialista a ELMUNDO.es. "Yo llevo muchos años en esto y no he oído nunca a nadie que hable de una luz al final del túnel. Algunos dicen que recuerdan haber visto al equipo que les atendía: probablemente están mezclando recuerdos de cosas que han visto con lo que se les cuentan". Hay que tener en cuenta, recuerda Del Río, que "no es un despertar fisiológico como el que tenemos por la mañana todos los días", sino que los pacientes han recibido fármacos que pueden afectar a sus percepciones: "No se puede sentir con claridad qué está pasando", insiste.
Anuncios Google
EL MUNDO ES
--------------
alma está en la red del cerebro1 comentario
Se pensaba que los recuerdos estaban alojados en distintos módulos cerebrales
Para Fuster la memoria surge de la interconexión de la red que es el cerebro
En Redes, Punset y Fuster charlan sobre la creación de los recuerdos
Este domingo, 13 de noviembre, a las 21.30 horas, en La 2
EnviarAmpliar foto
Joaquim Fuster, profesor de Psiquiatría, Universidad de California, Los Angelestve
tve
Redes
Eduard Punset y su equipo han logrado demostrar que ciencia y entretenimiento se pueden unir para que en este tercer milenio la ciencia, por fin, irrumpa en la cultura popular.
El programa se emite en La 2, todos los domingos, a las 21:30 horas; y se repite los domingos, a las 3:15 horas.
y en el Canal 24 horas, según el siguiente horario:
Los jueves, a las 15:00 horas
Los viernes, a las 21:00 horas
Los sábados, a las 10:30 horas
EDUARD PUNSET (REDES)
11.11.2011
Antes se pensaba que las ideas, los recuerdos o los conocimientos estaban alojados en distintos módulos cerebrales.
El neurocientífico español radicado en los Estados Unidos, Joaquim Fuster, fue uno de los primeros en desafiar este concepto y proponer que la memoria surge de la interconexión de la gran red que es el cerebro.
En este capítulo de Redes, Punset y Fuster charlan sobre la creación de los recuerdos y sobre los distinto tipos de memoria.
También desarrollamos los 12 consejos del neurocientífico Paco Mora para mantener un cerebro saludable.
La solidez y durabilidad de un recuerdo están relacionadas con
las circunstancias emocionales en las que se lo ha adquirido.
Joaquim Fuster
Eduardo Punset:
Joaquín, vamos a ver, hay una cosa en materia de cerebro que me ha preocupado toda la vida. Y estoy seguro que nuestra audiencia estará encanada también de descubrir, por fin, qué es lo que nos pasa por dentro.
el motivo por el que una memoria es tan firme, tan sólida y tan duradera, son las circunstancias emocionales en que se adquirió la memoria
A mí me cuentan, me contáis, los médicos y los físicos... que, efectivamente, se me van muriendo las neuronas, que las células se renuevan...
Y, sin embargo, oye, la memoria de una cara, de una persona me queda forever, me queda para siempre. Puedo llegar a los 80 años y allí está. ¿Dónde está? ¿Dónde se pone? ¿Dónde guardo este recuerdo en células que han muerto o desaparecido?
Joaquim Fuster:
En primer lugar, el motivo por el que una memoria es tan firme, tan sólida y tan duradera, el motivo principal, son las circunstancias emocionales en que se adquirió la memoria, en general.
Se forman firmemente con las emociones, con el clima emocional en que se adquieren las memorias. Además, en el curso de la vida se ejercitan estas memorias, repetidamente.
Tipos de memoria
Luego hay otro factor importante, que es el tipo de memoria que queda. Hay muchas clases de memoria. Está la memoria semántica, más bien abstracta, del conocimiento.
Luego está la memoria episódica de los detalles, de la vida, del nombre, de la cara. Se van ejercitando en el curso de la vida y así subsisten.
Claro, al mismo tiempo, se van debilitando algunas de estas conexiones y se pierden memorias y se pierden neuronas y se pierden sinapsis, pero se van creando nuevas. Entonces, el truco para adquirir nueva memoria es el ejercicio, el ejercicio del cerebro.
Eduardo Punset:
Claro yo a mis alumnos y, en general, a la gente, siempre le digo, oiga, además del ejercicio físico... Porque les veo allí que hacen jogging...
Joaquim Fuster:
Claro... No... Es la gimnasia mental
Eduardo Punset:
Claro... No se olviden de la gimnasia mental
Joaquim Fuster:
Exactamente...
Eduardo Punset:
Oye, hablabas de distintos tipos de memorias. Y, no sé por qué, me acuerdo de una que me hizo gracia. Y es cuando me pongo la camisa, por ejemplo por la mañana, a lo mejor me pica algo de la camisa, pero al cuarto de hora me he olvidado.
El cerebro tiene que inhibir las memorias que no vienen al caso
Joaquim Fuster:
Te has olvidado, y es que la suprimes, y es que la inhibes. El cerebro tiene que inhibir las memorias que no vienen al caso…
Eduardo Punset:
Para poder dejar espacio...
Joaquim Fuster:
Exactamente, para dejar espacio y para dejar vitalidad a las que son importantes en aquel momento.
Eduardo Punset:
Leyendo tus cosas... Hay algo… Hoy eres… Bueno, no te lo voy a decir a ti, pero eres uno de los grandes neurólogos.
Joaquim Fuster:
Muy pequeñito.
Eduardo Punset:
De verdad, ¿eh? Has sido el primero en cantidad de cosas.
Y en una cosa que fuiste el primero fue en constatar que realmente lo que tú llamas el conocimiento no estaba fijo, o inserto o localizado en una parte especial del cerebro.
Era lo que llamabais, me parece, la concepción modular del cerebro. Y dices esto es el pasado… ¿Por qué lo sustituyes, eso?
La red neuronal
Joaquim Fuster:
Por la red. La red es la clave.
La red neuronal, sobre todo las redes de la corteza cerebral, son la base de todo el conocimiento y de toda la memoria.
Se forman a lo largo de la vida con la experiencia por el establecimiento de conexiones entre neuronas.
Entre neuronas que pueden estar agrupadas en grupos pequeños, sobre todo en las zonas primarias sensoriales y motoras que pueden llamarse módulos, si tú quieres. Es decir, los módulos están en la base.
Es el ver, es el tocar, es el oír, es el moverse, pero la conciencia del conocimiento, y la conciencia de la memoria, está en la red. Que es la agrupación.
La red neuronal, sobre todo las redes de la corteza cerebral, son la base de todo el conocimiento y de toda la memoria
Eduard Punset:
Es relacional.
Joaquim Fuster:
Es relacional. El código de la memoria, el código del conocimiento es un código relacional, es un código de relaciones, lo más cercano que hay a ello desde el punto de vista psicológico es la psicología de la Gestalt, la psicología de la forma.
Una cosa se ve, tiene sentido y significado por las relaciones entre sus partes.
Pero el total, el significado de aquel objeto, lo definen las relaciones entre las partes, y no es reducible a las partes en sí.
Es decir, que el todo es mucho más que la suma de las partes.
Eduardo Punset:
Y una neurona puede ser el centro de muchas cosas...
Joaquim Fuster:
¡Oh, claro! De muchas... Las redes neuronales del conocimiento, debido al hecho que se forman por asociación, todas ellas, y por vivencia, comparten células y grupos celulares.
Es decir, un grupo celular puede ser parte de muchas redes, de muchísimas redes.
Las redes neuronales del conocimiento, debido al hecho que se forman por asociación, todas ellas, y por vivencia, comparten células y grupos celulares
Eduardo Punset:
O sea, corrígeme… A ver si he entendido bien. Si yo me fijo en la estructura de la neurona para saber qué pasa con el conocimiento, no voy a ir muy lejos....
Joaquim Fuster:
No vas a ir muy lejos, no.
Eduardo Punset:
¿Por qué?
Joaquim Fuster:
Porque el código de la cognición es un código relacional a nivel de la red. Y es irreducible a las partes.
Es decir, hacer lo que tú decías sería como pretender entender el significado de lo que dice la carta escrita estudiando la composición química de la tinta. ¿Comprendes?
No la entenderás nunca porque el lenguaje escrito o hablado es un lenguaje relacional, es un código relacional: relaciones entre letras, entre palabras, entre significados semánticos. Es decir, no se puede reducir a sus partes mínimas...
el código de la cognición es un código relacional a nivel de la red
Mis memorias son distintas de las tuyas porque las relaciones se han formado de modo distinto con elementos aleatorios que son distintos para mí y para ti, pero compartimos ciertas redes en común, que son las redes de la cultura, el ambiente en que hemos vivido, las leyes del léxico, del lenguaje.
Eso queda y está por encima de todo porque es el resultado de la repetición de redes más chicas, más pequeñas, que están en la base de esas redes.
Porque están organizadas de modo jerárquico, ¿entiendes? A nivel más bajo está la memoria sensorial, motora, primaria. Esta sí que se puede reducir a módulos, ¿entiendes? Ciertas partes del cerebro... Pero cuando nos salimos de allá y subimos a las zonas asociativas de la corteza, la memoria se va haciendo más interconexa, más compleja, más amplia y más difusa. Esto también le da solidez, porque pueden perderse algunas de las vías de acceso a ella, pero otras quedan.
Tú te fijas muy bien que, cuando te encuentras que no recuerdas el nombre de una persona, empiezas a tantear en tu mente las distintas circunstancias en que la has visto para poder enganchar con aquella asociación y aquello te lleva a ello.
Desgraciadamente, de todos modos, a veces, cuanto más buscas, menos recuerdas. Esto es el factor emotivo, la inhibición que te hace...
Eduardo Punset:
Olvidar algo que no quisieras recordar...
Joaquim Fuster:
Exacto, es justamente lo que no...
Eduardo Punset:
Oye, tú has hablado en algún lugar, no sé dónde, de lo que es el conocimiento perceptual que supuestamente está en la parte posterior de la cabeza y lo distingues del...
Joaquim Fuster:
Ejecutivo...
Eduardo Punset:
Del cognitivo, complejo...
Joaquim Fuster:
Exacto...
Eduardo Punset:
Por el que guías realmente el quehacer de cada día... ¿Esto es así o...?
Joaquim Fuster:
En líneas generales es así. Hay relaciones entre los dos sectores muy íntimas, como es natural, porque los dos participan en el ciclo percepción-acción. Percibo y esto educa, informa, mi acción. Mi acción produce cambios en el medio ambiente. Y estos los percibo. Con lo cual se realimenta el sistema.
Eduardo Punset:
Oye... Dime, por ejemplo, tú percibes una persona amiga que, además, es muy bella y muy inteligente y esto lo percibes supuestamente con tu...
Joaquim Fuster:
Con mis redes neuronales, sobre todo de la corteza posterior... Y también con líneas de influjo de los centros emocionales del cerebro y de la estética.
Estos colorean mi visión de aquella persona. Y, además, se relacionan con la memoria que tengo yo de aquella persona, o de otras parecidas, para informar cómo tengo que reaccionar en aquel momento a aquella persona.
Entonces entran en función las redes anteriores de la corteza frontal...
Eduardo Punset:
Estas...
Joaquim Fuster:
Exactamente... E informan y modulan mi conducta, mi lenguaje.
Eduardo Punset:
Un psiquiatra como tú... ¿Intuíais que el cerebro era algo tan sofisticado, tan complicado con sus fases, sus relaciones, sus percepciones iniciales...?
Joaquim Fuster:
Yo sí lo intuía, con toda humildad te lo digo... Y por eso me fui a estudiarlo en otro lugar, porque no se podía estudiar en España...
Eduardo Punset:
¿Por qué estudiabas? Porque tú fuiste conocido primero porque descubriste la célula de la memoria...
Joaquim Fuster:
Las células de la memoria... Perdón, plural...
Eduardo Punset:
Esto... Las células en los primates... ¿Y por qué? ¿Por qué estudiabas las células, las neuronas, de los primates?
Joaquim Fuster:
¡Ah! Pero las estudiaba en un contexto... Las estudiaba en animales que hacían su conducta normal y corriente.
De esta manera adquirí el conocimiento de que en ciertas partes de la corteza cerebral existían unas células que mantenían la información de un objeto sensorial, visual o auditivo, durante segundos o minutos hasta que el animal hacía su acción.
En este caso, discriminar entre dos colores... Y para conseguir una recompensa, lo que fuera, ¿no?. Esta es la memoria que llamamos memoria de trabajo.
Eduardo Punset:
Working memory...
Joaquim Fuster:
Working memory... Y esta working memory no es un tipo especial de memoria, lo que es, es memoria a largo plazo que se usa ad hoc en aquel momento... pues tal día, diríamos, para ejercer una acción o resolver un problema para...
Este "para" es importante, es para algo que se recuerda. Pero en el uso de esta memoria, uso yo la memoria a largo plazo que tengo ya allí preformada sólo con variaciones que son "aducentes" a lo que tengo que hacer en aquel momento, ¿no?
Eduardo Punset:
¿Qué hacemos con el cerebro?
Joaquim Fuster:
Nos ajustamos al medio ambiente.
El cerebro es la interfase que hay entre nosotros y el medio ambiente.
Cuando digo el medio ambiente no quiero decir sólo el ambiente externo, sino el ambiente interno, el milieu interno.
Entonces, en el curso de la evolución, se ha desarrollado sobre todo la corteza muchísimo, muchísimo.
Y en el ser humano ha adquirido propiedades muy peculiares que le permiten dos cosas fundamentales, dos, dos: una es el lenguaje, es un medio de ajuste al medio ambiente, y la otra es la predicción.
Es decir, que todas las funciones que llamamos ejecutivas, todas tienen un futuro, todas: la memoria de trabajo, el planeamiento, la toma de decisiones, la conciencia creadora.
Todas miran al futuro. Voy a hacer esto para esto, para esto, para esto... Tengo que hacer esto... Tengo que decidir... Tengo que, "ten
Enviar
Más sobre:Redes Eduard Punset
Comentarios
Añadir comentario ↓
Isaac Conde
asi tal como ve el almacenamiento de los recuerdos en el cerebro es como yo veo el universo, llevo toda mi vida sintiendo que el universo cuantico es una red que no se puede interpretar a no ser que veas fracciones de toda la informacion de cuerto tamaño, Me inclino a pensar que cada vez que vemos el universo cuantico solo estamos viendo letras sueltas y nos falta saber el orden cosa que solo vemos una vez que nos alejamos por eso en nuestra dimension tiene sentido ay a nivel cuantico no. ademas de que las particulas viajen mas rapido que la luz y por eso no las veamos o se comporten de manera extraña, pero con mucha seguridad puedo decir que cuando vemos a nuestro nivel lo vemos todo con orden porque estamos leyendo un codigo y que si variamos nuestra perseccion a menos no entenderemos nada creo que para comprender bien el magnetismo lo `rimero es ver el mensaje completo y ahun no sabemos siquiera si el universo tiene limites... no vemos la totalidad del mensaje... Para poder comprender la totalidad del cerebro hay que estudiarlo en dos dimensiones y ver "cual es la letra A" en el abcdario de las neuromas...
ayer 22:31h
Mi com
RTVE
No hay comentarios:
Publicar un comentario